Seguridad y caza: 10 consejos para principiantes

Despistes, casualidades, armas en mal estado, equivocaciones, existen innumerables variables que pueden provocar resultados indeseados, por lo tanto, para un cazador no muy experto, es lo que más debe importarle: cualquier precaución resulta escasa y en consecuencia deberemos estar en todo momento muy pendientes y siendo totalmente conscientes de lo que hacemos, ya que la caza es un deporte de riesgo en el que cualquier error o despiste puede salir caro.

Los 10 consejos básicos para quienes se inician en la caza

En primer lugar debes estar formado y tener pleno conocimiento de los más básicos elementos de lo que supone este deporte; y además, durante la jornada de caza deberás planificar tus jornadas cinegéticas. Nos referimos a que incluyas entre las medidas de precaución desde la adquisición correcta de los materiales hasta su perfecto mantenimiento.

Por lo tanto es imprescindible escoger bien tus armas y para comenzar, lo más práctico y seguro es que te dejes aconsejar por expertos en la materia a la hora de adquirir tus armas. Una vez que las hayas adquirido, y probado, tendrás que guardarlas descargadas y en sus correspondientes armerías. Y, cuando vayas a usarlas, deberán estar en un perfecto estado. Su mantenimiento es esencial para un correcto desarrollo de tu jornada de caza.

En segundo lugar, la disposición de los puestos de caza tendrá que ser organizada basándose en criterios lógicos de seguridad, habiendo calculado los posibles rebotes de las balas. En especial cuando estemos cerca de terrenos pedregosos o acuosos. En definitiva, si estás iniciándote en la caza, redobla tus precauciones de seguridad en todos los aspectos.

En tercer lugar, mimetizarse con el entorno es una de las claves en lo que a la práctica de la caza deportiva se refiere. La vestimenta resulta esencial para terminar una jornada con éxito y volver con alguna captura. Debes huir de los colores chillones y optar por los verdes oscuros o estampados de camuflaje;  ropa que también te proteja debidamente del frío, del calor, de las rozaduras y picaduras etc.

En cuarto lugar, es fundamental tener claro cuándo, dónde y cómo empieza la cacería. En este sentido, tienes que estar en perfectas condiciones, puesto que la caza es una actividad muy física, y cualquier malestar, o posible situación de reacción alérgica, picadura o torcedura pondrán necesario fin a la jornada. Importante tener incluso un esquema de los lugares de cacería.

En quinto lugar, debes concretar y fijar los elementos necesarios para solventar imprevistos: si la meteorología impide cazar con plena visibilidad o el terreno está impracticable, debe anularse la cacería. Ya hemos hablado de la ropa cómoda, pero además de permitir ser visto por el resto de participantes son esenciales la gorra y los guantes. Los chalecos amarillos reflectantes son unas de las prendas que te aconsejamos para cumplir el requisito de la visibilidad.

En sexto lugar, es imprescindible llevar un botiquín para prestar los primeros auxilios en caso de necesidad, y por supuesto, los cazadores noveles no deben salir nunca en solitario y conviene que avisen a personas de su confianza el lugar en el que vaya a estar; por ello el móvil con carga completa y GPS son también esenciales.

En séptimo lugar, nunca se comenzará a disparar hasta que se de la señal convenida para iniciar la caza, y aunque la jornada haya finalizado, nunca aprovecharemos para probar el arma o hacer puntería; y cuando lleve el arma encima, hágalo siempre dirigida hacia el suelo o hacia el cielo. Nunca apunte contra un compañero.

En octavo lugar, entre puestos, muévase siempre con el arma descargada y nunca apoye la boca del cañón contra el suelo para evitar que pueda entrarle cualquier elemento extraño. Nunca dispare “al bulto” y trate de tener siempre la certeza completa de que a lo que dispara es un animal. Ante la duda, no se debe disparar. También debe saber en cada momento dónde se encuentran sus compañeros.

En noveno lugar, si su arma sufre un golpe, será recomendable vaciar la recámara antes de dejar el arma apoyada y en caso de que vaya a rematar algún animal herido, advierta de ello a sus compañeros. Para ello y para evitar posibles pérdidas, es muy positivo llevar dispositivos de búsqueda, como por ejemplo el GPS a los que ya nos hemos referido.

Por último, y en décimo lugar, aunque ya lo hemos indicado, limpiaremos el arma después de cada uso, eliminando cualquier resto que haya podido quedar después de una jornada de caza, utilizaremos siempre la munición adecuada para cada arma y comprobaremos el estado de los choques en caso de que éstos sean intercambiables, para verificar que no se han aflojado.